7 de junio de 2011

La edad del pavo


Resulta que, una vez al año, se cumple un año más desde que nací. Ante tan magnífica y sorprendente coincidencia, que, magnifica y sorprendentemente, se repite cada año, ¿qué puedo hacer, aparte de sentirme impotente y, por qué no, un año más viejo, aparte de gritarles a todo el mundo que dejen los regalos en la puerta, que se vayan a tomar por culo, y quedarme comiendo tarta hasta las seis de la mañana mientras me indigno por lo fáciles que son los pasatiempos de los call tv?

Supongo que nunca he llevado bien lo de cumplir años. Sí, ya sé, nadie lo lleva bien, y es más que normal el encontrarse a un pobre cuarentón intentando convencer a su señora para salir "de fiesta tope chachi, a mover el esqueleto", mientras finge que es lo suficientemente joven como para no dislocarse la cadera. Pero es que yo este año he soplado mi decimooctava vela. Se supone que estoy en la flor de la vida (aunque yo diría que estoy tumbado sobre mi cama) y que debería irme a "mover el esqueleto" sin pensar en las consecuencias, como todo buen joven inocente y alocado de mi edad.

Pero creo que, por algún trauma de mi infancia o por alguna pastilla de más que se tomara mi madre estando embarazada, yo sigo siendo un mocoso de no más de 13 años, de los que aguantan hasta las 11 sin dormir para al día siguiente contárselo a sus amigos; de los que dan un sorbo a la cerveza de los padres y ponen cara de "yo esto lo hago a diario" mientras aguantan la bilis en la boca; o de los que miran desde la otra punta de la clase a los pechos de esa chica, que más que pechos parecen aún esos pezones colgantes de los obesos.

En definitiva, que por mucho que sople velas, el pavo no hay quien me lo quite. Y es que es una de esas cosas que pueden no aparecer o pueden aparecer y seguirte toda la vida, y en mi caso, voy tirando a lo segundo. Al contrario de lo que piensan muchos de los padres, los adolescentes sí que sabemos (porque, por supuesto, aún me considero uno) lo tontos que nos ponemos. Quiero decir, somos muy conscientes de esas risillas de imbécil que nos salen cuando la tía buena del instituto nos pide un boli. Y es que no hay frase que más me haya repetido estos años que "bonita reacción, retrasado, la tienes en el bote".

Así, estamos condenados a ponernos en ridículo, aunque nos esforcemos en evitarlo. Sin embargo, una cosa que sí he ido ganando con el paso de los años, y que no poseen esos mocosos de 13 años, es experiencia en el campo del flirteo con féminas pre, pos o adolescentes a secas. No me malinterpretéis, no estoy insinuando que haya sido un Don Juan. Para empezar, porque me llamo Guillermo, que es de cajón, hombre. Pero, aunque sea mediante la observación de los movimientos del Juanillo de turno de clase, creo que puedo establecer una serie de actuaciones estándar, que, sin lugar a dudas, cabe la posibilidad de que funcionen. Sin lugar a dudas. Puede. Tú prueba y ya me dirás.

1. En primer lugar, la imagen. Si hay algún padre leyendo esto, no sé qué hace aquí, pero que se encargue de educar a su hijo en el apasionante mundo de la moda desde jovencito. Sí, puede resultar duro gritarle a un niño de siete años "pero, inútil, ¿no ves que esos colores no conjuntan?" pero él acabará agradeciéndolo. Admitámoslo, es obvio que ninguna chica se le acercará en un futuro si lleva camiseta azul con calcetines verdes.

2. Una vez lograda una primera impresión que no provoque arcadas, hay que trabajar la actitud. Por experiencia sé que es difícil controlar esas caras de empanado autista que nos salen cuando pasa una tía apetecible por delante, pero hay que hacer un esfuerzo. Así, si por la gracia de Dios o por pura gilipollez ella se atreve a dirigirte la palabra, bajo ningún concepto la mires. Respóndela sin interés por encima del hombro y gírate hacia el primer amigo que veas a tu lado, conversa con él y haz ver que es él el que tiene toda tu atención. Una de dos, o ella se sentirá celosa o pensará que eres gay. Míralo por el lado bueno, al menos ya sabe que existes.

3. Si has hecho bien los pasos 1 y 2, significa que estás listo para la difícil tarea de mantener una conversación. Tranquilo, hay muchas probabilidades de que no tengas más que responder con monosílabos, a cuestiones no muy complicadas como "¿me estás siguiendo?" o "¡mis ojos están aquí!" Pero, en el improbable caso de que te pregunte algo, ten preparada tu respuesta de antemano. Nada de improvisar, o acabarás hablándole de que aún besas a tu madre en la boca o de lo mucho que caga tu hámster últimamente.

4. Uauh, ¿ya estás aquí? Me has sorprendido, bravo. Pero aún no está todo el pescado vendido, quedan esos boquerones con olor a muerto que tendrás que encasquetar a algún cliente despistado. Ahora tocaría pedirla salir, pero asumo que, si estás leyendo esto, buscas alguna manera de evitar el mal trago. Vale, pasando por alto tu insolente exigencia, propongo lo siguiente: averigua dónde vive. Es fácil, simplemente, síguela al salir de clase; dedícate a llamarla al telefonillo cada cinco minutos, para que vea lo atento que eres. Eso sí, cuando pregunte quién es, no hables, a ver si vas a meter la pata; si puedes, déjala cartas en el buzón con pelos tuyos (no tienen por qué ser de la cabeza), y así te aseguras de que va a pensar en ti; y recuerda, orden de alejamiento significa que te quiere.

5. Para este momento, ya deberías tenerla en tus brazos. Si no es así, sólo te queda una opción: finge tu muerte. Tropiézate a la entrada de clase y ten "un paro cardíaco" (es fácil, tío, sólo tienes que hacer que tu corazón deje de latir). Ella se arrodillará llorando a tu lado, gritará todo lo que te quería y se lamentará porque no te lo pudo decir. Ese es el momento para que "revivas" repentinamente y le des la alegría del siglo. Y ya es tuya.


Eso es más o menos todo, aunque no te prives de probar tú tus propias estrategias. Y, si hay alguna chica que haya logrado leer esto hasta el final: por favor, decirnos dónde vivís directamente, y así salimos ganando todos, ¿no?


9 comentarios:

  1. Hey! Me encanta, te sigo, me hago fan :)

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  2. jaja vi que tenía un blog en twitter y la verdad es que es bastante divertido :)
    y, aunque supongo que es algo tarde, espero que lo pasaras bien en tu cumpleaños!
    que aunque no nos guste cumplir años y de "miedo" llegar a los 18 todos queremos tener un buen día :D
    un abrazo!

    http://paulsv.blogspot.com/

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  3. Buena entrada y por supuesto, buenos consejos para semi-adultos con edad del pavo permanente. Qué lástima que no me sirva, ya que soy una fémina, y como tal, sólo tengo que seguir dos consejos:
    1. Existir
    2. No dar demasiado asco

    xD
    Y Felicidades con retraso. Sí, soy una de las muchas personas que te dijo eso de "te vas a cambiar el nombre por eighteen sucks?" como una subnormal.
    Tranquilo, disfruta de tus dulces 18 que ya tendrás tiempo para saborear unos 20 como los míos, en los que deseo constantemente volver a los 17. Qué triste es la vida y qué complejas las mujeres.

    Un saludo.

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  4. Lebosare bosare bosare7 de junio de 2011, 15:48

    Se te olvida la mítica técnica para ligar de esperar a la salida del supermercado.
    -¿QUE HACES GILIPOLLAS?
    -¿Eh? que te quiero.

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  5. salir "de fiesta tope chachi, a mover el esqueleto" JAAJAJAJAJAJAJ menudo lenguaje más ochentero

    Deberías escribir más en tu bloooooooog porque lo haces tope chachi! :)

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  6. Madre mía, qué risa.
    Me encanta, te sigo :)

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  7. te sigo me ha encantado. El sentido del humor de tus entradas están muy bien. Felicitaciones.

    Laura

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  8. Jajajajajajaja ¡Me encantas!
    Aún me rio con lo de "déjala cartas en el buzón con pelos tuyos (no tienen por qué ser de la cabeza), y así te aseguras de que va a pensar en ti; y recuerda, orden de alejamiento significa que te quiere"
    ¡Eres la hostia!
    Además, te sigo en Twitter para ver que más gilipolleces dices.

    -Lídia-

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  9. Me parece que somos todo chicas.

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